martes, 8 de septiembre de 2015

Motörhead, Bad Magic (2015): 40 Años de la Vieja Escuela

Hablar de Motörhead es mencionar a una de esas pocas bandas que a lo largo de los años se han mantenido vigentes sin perder el rumbo. Lemmy Kilmister es el único "sobreviviente" de la agrupación que fundó hace 40 años. Por el grupo han pasado diversos y destacados músicos, y siempre Lemmy supo contagiarlos de la esencia en la que se basa Motörhead.

Al igual que sus colegas de AC/DC, Motörhead ha sabido construir su historia y legado a través de un sonido propio y característico que, para algunos (los menos), puede ser monótono, predecible y repetitivo, y, para otros (los más), resulta la marca registrada de la banda. Uno de sus grandes méritos es haber "acercado" el heavy metal a un público que no soportaba tanto estruendo, Lemmy y los suyos supieron envolverlo de una manera que resultó más atractiva masivamente, disfrazándolo en muchas ocasiones -y de forma inteligente- como hard rock.
Pero, así como el tiempo ha logrado consolidar al grupo como un referente más que legendario, esos mismos años (y ciertos excesos) han jugado en contra de la salud de Lemmy, situación que ha tenido más que preocupados a sus millones de seguidores. Durante la última gira el veterano vocalista tuvo que interrumpir algunos de sus conciertos llegando, incluso, a dar por terminado antes de tiempo su último recital y, por ende, suspender el tour. La banda ha emitido un comunicado en donde señala que retomarán la gira apenas Lemmy se recupere.

A pesar de este poco alentador panorama, Motörhead ha publicado su álbum número 22, Bad Magic, que confirma lo expresado líneas arriba, esto es, estamos ante un disco 100% "Motörhead sello de fábrica", con ese sonido único que siempre será su eterna carta de presentación.

Desde el inicio, Bad Magic, golpea sin compasión, Victory or Die es un sorpresivo y efectivo gancho al mentón, la puerta de ingreso a un pabellón infernal, nos arrastra con todas sus fuerzas y no podemos (ni queremos) oponer resistencia alguna. Luego, Thunder & Lightning acelera el viaje, lo vuelve rápido, con un track que recuerda a aquel himno eterno llamado Ace of Spades.

El rock puede ser un arma de seducción, Fire Storm Hotel es una prueba palpable de ello, un híbrido entre el hard rock clásico y el glam. Shoot Out All of Your Lights mantiene la energía y rapidez tan presentes en la parte inicial del disco, pero con mayor agresividad y dureza.

The Devil (que tiene como colaborador de lujo a Bryan May de Queen) es la canción más oscura del álbum, el demonio viaja por la carretera, en medio de la nada, y nos permite contemplarlo sentado en su reluciente y ruidosa motocicleta. Electricity es el tema más breve de la placa pero, a pesar de su corta duración, no disminuye toda la atmósfera potente tan característica del trayecto recorrido hasta el momento.

Evil Eye es un track tribal, básico, donde los roles protagónicos son compartidos por la rítmica percusión de Mikkey Dee y la voz de Lemmy, esta última se desdobla volviéndose por momentos (para variar) en demoníaca. Un guitarreo constante y melódico nos ofrece Tell Me Who to Kill, otro tema "Motörhead marca registrada".

La maestría de Lemmy y su capacidad de variar y adaptarse cuando es necesario se plasman claramente en Till the End, la mejor canción del disco, una balada tan hermosa como cruda y visceral, que sabe conjugar momentos acústicos y eléctricos que transforman a esta canción en una verdadera pieza de colección. Posteriormente, Tell Me Who to Kill nos devuelve a las aceleradas revoluciones iniciales, una canción llena de fuerza y vitalidad.

En Choking on Your Screams,  Lemmy canta desde las entrañas, como un animal hambriento, y con el demonio sobre el hombro como único consejero. También hay momentos "alegóricos", algo más festivos, así es When the Sky Comes Looking for You, que no pierde, tampoco, la energía y rudeza mostrada como eje de Bad Magic.

El epílogo se convierte en tributo, el cover de Sympathy For The Devil, aprueba el examen aunque carece de cierto riesgo, respeta (quizás con mucha razón) en demasía la versión de Rolling Stones. No obstante, el resultado es más que aceptable y agradable.

Motörhead tiene cuatro décadas "pateando traseros" y lo vuelve a hacer en esta ocasión, usando su fórmula conocida, pero que jamás satura. Bad Magic es un álbum frenético, repleto de solos de guitarra tan breves como sólidos, la presencia de Phil "Wizzo" Campbell está por todas partes, en él se cimienta este muy buen trabajo discográfico.

Bad Magic surge en medio de una coyuntura complicada, por un lado, 40 años de trayectoria nos los celebra cualquiera pero, por el otro, la salud de Lemmy (ya resquebrajada desde hace buen tiempo) nos deja ese sabor agrio, que no nos permite disfrutar a plenitud este lanzamiento. Pero el querido y respetado músico británico es terco como pocos, de aquellos artistas que exclaman que "morirán arriba del escenario" y, en el caso de Lemmy, esta frase tan usada puede resultar literal. Por lo pronto, él ha decidido dar un paso atrás para luego dar dos hacia adelante, la mejor forma de esperar el anhelado retorno es escuchar este disco, una prueba más de que el rock no perecerá tan facilmente, aunque no tenga más alternativa que recurrir a sus viejos estandartes, La Vieja Escuela.


Pueden escuchar el disco completo a través de esta lista de reproducción (página oficial de Motörhead en youtube):




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