sábado, 10 de noviembre de 2012

Robert Plant en Lima: La Noche en que el Sol brilló


Cada melómano tiene como sueño (a veces imposible), ver alguna vez en vivo a los artistas que lo marcaron de por vida. Intérpretes, músicos que dejaron una huella imborrable en la memoria musical de cada uno de nosotros. Poder cumplir dicho sueño es tocar la gloria, sentirse pleno. Esto me pasó anoche cuando por fin pude cumplir un anhelo que hasta el año pasado pensaba improbable: Escuchar, ver, disfrutar a Robert Plant en mi propia ciudad,  uno de esos regalos que sientes que Dios te da muy de vez en cuando.
Nadie podrá negar que de no ser por Led Zeppelin lo más probable es que el mundo no hubiera conocido en su real dimensión la enorme voz del Hombre de los Rulos de Oro.  Aún así el buen Plant ha sabido mantener ese respeto inmortal, no importa que hayan pasado más de 30 años de la disolución de Zeppelin o 5 años de aquél apoteósico concierto de reunión. Robert es conocido por ser la voz de una de las bandas más legendarias del planeta pero también por mantener la calidad interpretativa en su posterior carrera solista que a pesar de ser mucho menos mediática que la obtenida con la banda no deja de tener calidad.
Y es así como esta eminencia vocal se presentó en Lima, ofreciendo esa nueva (o no tanto) estética sonora que quizás algunos fanáticos de Zeppelin aún no han podido comprender del todo. Una propuesta mística, relajante y rítmica es la que nos ofreció Plant en el Jockey Plaza. Quizás algunos se sorprendieron al ver que aquel sonido era distinto, menos duro y potente, ahora más espiritual y reflexivo, pero sin dejar del lado algunos momentos de rock y folk.
Plant nos ofreció un paseo por su discografía solista, también con Led Zeppelin, y alguno que otro interesante cover que hicieron que en la noche abundaran momentos realmente mágicos. El primero de esos momentos fue su interpretación de Spoonful del tema original Howlin’ Wolf, una clásica universal, posteriormente la sublime balada All The King's Horses fue una hermosa demostración de su etapa en solitario (canción escrita en su tiempos con The Strange Sensation), pero claro, el éxtasis general llegó con los ocho temas de Zeppelin que interpretó, destacando sobre todo las tres joyas clásicas con las que terminó la noche: la reinventada Whole Lotta Love, una bellísima interpretación de Going To California (respetando la esencia de la original, por momentos igual a la incluida en Led Zeppelin IV, un tributo a Jimmy Page) y no podía faltar el cierre que lo ha caracterizado en su gira, Rock And Roll.
Estos temas zeppelianos (con excepción de “Going To California”) fueron interpretados de una manera muy distinta la que uno recuerda en aquellos discos inmortales, esta vez no primaba el rock o el blues sino más bien algo de folk y  sonidos tribales, rústicos, hindúes que embellecieron en su peculiar forma estas obras clásicas.
Los que sabíamos que era lo que ofrecía Plant en la actualidad fuimos dichosos con esta noche que más pareció un ritual armónico de hora y media, teníamos muy claro que éste no sería un recital de Led Zeppelin, esto era otra cosa, una atmósfera distinta pero muy agradable gracias en gran parte (además de la aún vigente voz del artista) a la excelsa instrumentación que acompañó al legendario cantante a cargo de su banda de apoyo, los Sensational Space Shifters. Excelentes  músicos que nos brindaron un sonido soberbio, tocando incluso instrumentos muy poco vistos antes y que son el reflejo de lo que Plant ha ido recolectando en su andar por el mundo, en especial por los lugares que aún respetan su folklore y tradiciones
No podemos olvidar mencionar la presencia de los teloneros para esta gala, Novalima, la banda peruana escogida por el propio Plant para la ocasión deleitó al público con su perfecta mezcla de música negroide y sonidos contemporáneos electrónicos.
Robert Plant nos regaló una noche de aquéllas, en la que hizo gala de sus aún vigentes dotes vocales, supo manejar su garganta y los límites de ésta, donde pareció que los años no hubieran pasado, una voz impecable. Fue una noche perfecta, porque a pesar del frío, la humedad, del cielo nublado con momentos breves de garúa, fue la noche en la que el sol brilló, tan dorado como la cabellera de esta leyenda a la que le estaremos eternamente agradecidos  por lo brindado. Gracias por eso Robert Plant, gracias por el sueño cumplido.

Set List:

1) Tin Pan Valley
2) Another Tribe
3) Friends (Led Zeppelin)
4) Spoonfool (Howlin' Wolf cover)
5) Somebody Knocking
6) Black Dog (Led Zeppelin)
7) All The King's Horses
8) Born-Y-Aur Stomp (Led Zeppelin)
9) The Enchanter
10) Four Sticks (Led Zeppelin)
11) Ramble On (Led Zeppelin)
12) Funny In My Mind (I Believe I'm Fixin' To Die) (cover de "Fixin' To Die" de Bukka White)
13) Whole Lotta Love (Led Zeppelin)
Encore Break
14) Going To California (Led Zeppelin)
15 Rock And Roll (Led Zeppelin)

Foto, fuente: MIRKOSMURGUÍA (Peru.com)


martes, 21 de agosto de 2012

Fiona Apple, The Idler Wheel Is Wiser Than the Driver of the Screw and Whipping Cords Will Serve You More Than Ropes Will Ever Do, 2012: La Ausencia Compensada


Ella ha vuelto, con esa mirada hermosa y penetrante. Ella ha vuelto, quizás físicamente más delgada que la última vez que tuve noticias suyas. Ella ha vuelto, tan contundente como siempre a la hora de interpretar nostalgia, poder, ritmo y sincronía. Pasaron 7 larguísimos años desde su último trabajo, largos no por el tiempo transcurrido sino por el vacío que dejó su ausencia. Porque si algo tiene Fiona es que te hace sentir igual al resto, sea para bien o para mal, su música describe la realidad que muchos viven (vivimos) y nos hace notar que no estamos solos en este andar por el mundo.

The Idler Wheel Is Wiser Than the Driver of the Screw and Whipping Cords Will Serve You More Than Ropes Will Ever Do es el extenso título del álbum que nos la trae de vuelta, tan extenso como el tiempo que tuvimos que esperar su regreso. Valió la pena, Fiona regresa como sólo ella puede hacerlo, nos remece, nos envuelve, nos noquea.
Abre esta magnífica obra Every Single Night, dulce y atrapante inicio que va adquiriendo un poco más de fuerza con el avance del track, la demostración más pura que Fiona sigue intacta vocalmente, quizás mejor que nunca.
Daredevil posee una tenue percusión que lleva el ritmo que en combinación con la voz y el piano de la propia Fiona se convierten en un coqueteo sutil con el jazz.
Seguimos avanzando y nos topamos con Valentine que continúa con la línea predominante e inicial del trabajo, con mayor densidad quizás pero que se transforma en cuanto el piano toma el control de la situación. Un track con altibajos, no de calidad sino de intensidad, como quien deja de respirar por un instante  para retomar el aire con más fuerza.
Jonathan es un poco más oscura y melancólica, que se desordena adrede a través de la percusión logrando así una joya sonora.
Es recurrente referirse al trabajo de la percusión en este disco, Left Alone no es la excepción ya que dicha característica vuelve a apoderarse del álbum, en uno de los momentos más imponentes de la propuesta. Furia contenida que se libera de manera sutil, Fiona en su dimensión máxima.
Werewolf constituye uno de los momentos más sublimes del disco. Sencillo, básico, relajante e incluso tierno. Todo lo que Fiona puede llegar a ser.
El piano vuelve a tomar la batuta con Periphery, con un sonido repetitivamente necesario que hipnotiza y nos lleva a dar un paseo cadencioso y liberador.
Regret nos envuelve a través del compás similar al del sonido de un viejo reloj, percusión y piano (para variar) se complementan, y la voz de la artista llega a niveles inesperados casi al punto de desgarrarse pero sin romperse, transmitiendo todo ese sentimiento guardado en lo más profundo.
Persisten los ritmos hipnóticos, atrapantes y embriagadores en Anything We Want, un track con más movimiento, más “alentador” que el resto pero que no le resta en ningún momento el aire místico al disco.
El cierre del álbum, Hot Knife, es casi la continuación del penúltimo single por su estructura muy similar, Fiona se despide no con la melancolía acostumbrada sino que nos brinda una esperanza, porque nos advierte que hay Fiona Apple para rato.

Ella ha vuelto, nos vuelve a mirar fijamente a los ojos, de esa manera asesina y cautivante que tiene para hacerlo, el mismo efecto que origina escucharla. Ha regresado con un disco cuyo nombre quizás nunca podamos memorizar por completo, al fin de cuentas más fácil y placentero es escuchar el disco que saber cómo se llama. Han pasado 7 años, hasta se pensó que no volvería, pero lo ha hecho, y de la mejor manera posible, siendo ella misma pero a la vez más madura, más “vivida”, creo entonces que la ausencia ha sido compensada.     

  
Every Single Night


viernes, 20 de julio de 2012

Neil Young, Americana, 2012: Música, Historia y Tradición.

El simple hecho de mencionar a Neil Young es referirse y remontarse a una gran porción de la historia de la música norteamericana, evocarlo, pensar en él, es imaginarse a un hombre ya con muchos kilómetros recorridos y siempre acompañado por su fiel guitarra. Ha pasado por muchos momentos, vaivenes, altas y bajas, reconocimiento y también críticas severas, pero jamás perdió su esencia y siempre hizo lo que quiso hacer musicalmente. El canadiense más notable ha logrado forjarse un nombre propio a través de los años, un símbolo del americanismo más puro, y justamente eso es lo que nos ofrece en su más reciente producción Americana. Más allá del hecho ya importante por sí solo de editar un nuevo trabajo discográfico, Neil ha vuelto a reunirse con sus legendarios compañeros de ruta, la banda Crazy Horse, con la que no trabajaba hacía más de ocho años.
Americana es un disco que nos da un paseo por la música tradicional de Norteamérica (y de otros lares), canciones tan antiguas y trascendentales que pertenecen a la historia más allá de la música. Este viaje se inicia con Oh Susannah, más clásico y americano imposible como puntapié inicial de la obra, un primer bocado que nos dejar con ganas de saborear más.
Clementine, otro tema tradicional, nos ofrece un sonido rítmico, al estilo indio navajo, envolvente, con una percusión sencilla que paradójicamente es la que guía a la canción.
Seguidamente Tom Dula (en realidad llamada Tom Dooley) mantiene la temática sonora del disco, los coros que acompañan a Neil que se repiten pero que no cansan y que son una de las características más resaltantes a lo largo del trabajo. Una versión simple que hace que los más de ocho minutos que dura no sean tediosos como uno podría imaginar.
Y llegamos a la primera canción "no americana", más bien británica, pero que por tratarse de un tema símbolo de una de las bandas inglesas más americanas que puede existir, pues funciona perfectamente. El tributo que Neil le hace a Led Zeppelin con Gallows Pole es tan desopilante como excelente, el tema es reinventado a más no poder, transformando el folk de Page y Plant en una canción de antiguo cabaret.
Get a Job una canción cuyo original es más cercana al rhythm & blues, es transformada en lo más cercano al rockabilly que se le ha escuchado a Neil en muchísimos años, sin dejar de llevar al tema por los caminos ya transitados en lo que va del disco, muchos coros y ritmo, un track que suena fresco y jovial.
No se alejan del estilo festivo con Travel On, otra canción extensa, pero que, como en uno de los singles anteriores,  no satura  gracias a la frescura que posee, es instrumentalmente hablando uno de los puntos más altos del álbum.
High Flyin' Bird nos devuelve al NY más energético, con una guitarra eléctrica que se apodera del track, con más elementos de blues y no tan alegre, pero tan contundente como siempre.
La tradición continúa, percusión al máximo como inicio, nuevamente aparecen las raíces de indio navajo que posee en su sangre el buen Neil, el ritual sonoro nos envuelve, todo esto hace de Jesus' Chariot (She'll Be Coming Round the Mountain) otro de esos momentos sublimes y destacados de la propuesta.
This Land Is Your Land es uno de los símbolos musicales por excelencia de la "historia americana", un folk de aquéllos que NY energiza con mucha simplicidad, respetando la esencia original de este sencillo que data de la década del '40. Vuelve la alegría y la sensación de "orgullo americano".
La banda desacelera, se vuelve casi reflexiva con su hermosa versión de The Wayfaring Stranger, un folk que apacigua, que nos da un descanso, donde la energía duerme sólo para revitalizarse para el cierre.
El capítulo final de este intento de libro de historia musical tradicional está compuesto por un track que contradictoriamente no pertenece a la cultura americana, God Save the Queen es otra presencia británica, que a ritmo marcial nos llena de folk y del más puro rock clásico, otra genialidad de este disco.

Es así que Neil Young y sus queridos Crazy Horse han vuelto, no con canciones propias pero sin con este experimento acertado, brillante, que recorre tradiciones y sonidos emblemáticos. Cabe destacar que además del disco, Neil Young ha lanzado también una colección de videos para cada tema con imágenes evocativas y obviamente históricas, formando todas en conjunto un pequeño y genuino documental. Al parecer este trabajo es el preámbulo para lo nuevo (y propio) que ha de editar la banda muy pronto. Por ahora nos han dejado este regalo, que no es poco, porque no es nada fácil lograr que la música, la historia y la tradición se conjuguen sin caer en la pomposidad, Young y los suyos lo han logrado con creces.

God Save The Queen!... y a Neil también...

Oh Susannah




Jesus' Chariot (She'll Be Coming Round the Mountain)




God Save the Queen


 


lunes, 23 de abril de 2012

Candlebox, Love Stories and Other Musings, 2012: Añorando tiempos mejores

Referirse a Candlebox, es hablar del rock de los 90's, del rock alternativo, del mal o bien llamado "grunge", de un estilo, una banda que fue parte de un movimiento que marcó a una generación. No obstante la banda sufrió altibajos, años de silencio y quedó más como un recuerdo que como una realidad actual. En el 2008 regresaron luego de diez largos años con su álbum "Into The Sun", y a pesar de no ser un disco que podríamos denominar como "el gran retorno", dejó un puñado de canciones interesantes y agradables.
Cabe recordar que algunos integrantes de la banda se unieron con sus colegas de Live (excepto Ed Kowalczyk) conformando The Gracious Few, uno de esos llamados "supergrupos" a través del cual lanzaron un disco aunque sin la trascendencia de las anteriores bandas de las que fueron parte.

Love Stories & Other Musings es el nombre del nuevo trabajo discográfico de Candlebox y que si bien no es un álbum que se deba despreciar, deja un sabor a poco para lo que la banda puede dar.
Un acelerado y casi frenético inicio nos ofrece Youth in Revolt, un arranque que demuestra que al menos la banda está en forma.
Las revoluciones bajan (pero sólo un poco) con Sweet Summertime, un track mejor estructurado que el anterior y con una batería que se muestra muy sólida.
Believe in It fue el single promocional del disco, sin duda muy bien escogido ya que es el mejor, en realidad mucho mejor que el resto del disco. Sonido de rock alternativo con residuos de los 90's.
Luego She Come Over Me consiste en un track un poco más trabajado, con momentos mixtos de "tranquilidad" y potencia, aunque predomina más esta última característica.
Turn Your Heart Around emana sensualidad, baja los decibeles, algo que beneficia al disco ya que rompe un poco con la monotonía.
Pero nuevamente la fuerza toma el control con Lifelike Song, otro single que recuerda el sonido alternativo y más clásico de la banda.
Come Home es el típico tema que sirve para completar un disco, para llenar un espacio ya que a pesar de no ser un mal track no llega a trascender ya que repite la línea general del disco.
Cabe un lugar para algo de nostalgia con Baby Love Me, el momento "feelin'", aunque no llega a impactar como se quisiera ya que se insiste en agregarle dosis de "energía" como en casi todos los tracks.
El final del disco es de los momentos más rescatables, Them Eyes trae un poco de blues y melancolía.

El disco se completa con cinco temas clásicos regrabados (Far Behind, You, Cover Me, Change y Simple Lessons). Y es justamente eso lo que perjudica a la banda ya que es inevitable la comparación de lo que fueron y lo que son ahora.
A pesar de ello si algo hay que rescatar es que la voz de Kevin Martin está intacta, suena tan bién como hace veinte años, y el grupo en general denota que están en excelentes condiciones. El problema es lo que se ofrece, que no está al nivel de sus anteriores grabaciones incluso de la penúltima de 2008. Queda una sensación ambigua al escuchar el disco, ya que no se niega que estamos ante buenos músicos pero definitivamente el resultado pudo ser mejor, esto a veces ocurre en algunas bandas y se termina añorando tiempos mejores que quizás no vuelvan.  

Believe In It








domingo, 22 de abril de 2012

Bruce Springsteen, Wrecking Ball, 2012: El regreso del americano más americano

Estados Unidos tiene símbolos que la representan a nivel mundial, que identifican a dicho país y lo perennizan en la memoria colectiva. Así tenemos la bandera de las barras y estrellas, la Estatua de La Libertad, el águila calva y ¿por qué no? a Bruce Springsteen, el símbolo máximo de americanismo puro. No creo que haya un rockero o músico en general más patriota que él, y no es porque el resto no lo sea sino que "The Boss" debe ser el que más lo exterioriza. Testigo de ello son los numerosos discos que conforman su carrera.
Es así que este año el buen Jefe nuevamente nos ofrece su patriotismo sincero y visceral y nos regala un álbum lleno de sentimiento... sentimiento americano, amor por su país.
Wrecking Ball constituye el disco número 17 de su trayectoria, que marca el retorno de Bruce luego de 3 años, ya que en el 2010 lanzó un recopilatorio (The Promise) pero realmente su última producción data del 2009, Working Of A Dream.
El trabajo consta de 11 temas con una línea que se mantiene a lo largo de todo el disco, esto es, el mensaje crítico al modo de manejar las cosas en su país (más allá del cambio de gobierno, que el mismo Bruce celebró en su momento) y a como afrontar la dura crisis que hace que Estados Unidos aún no se levante económicamente.
El primer single de la placa evoca al Bruce más ochentero posible, We Take Care of Our Own es una canción sencilla pero que a la vez atrapa al oyente ya que recuerda al Springsteen más mediático que hubo ("Born in The USA"), un efectivo gancho para querer seguir escuchando el resto del álbum.
Siguiendo el recorrido Easy Money es un canción más básica o rústica si se quiere, muy americana, con una atmósfera country gracias al violín que acompaña. Ya en este track se aprecia algo que será recurrente en el disco, el sonido gospel, los "coros de iglesia" que le dan un toque especial.
Y precisamente esos "coros de iglesia" también están presentes en Shackled and Drawn que es sin lugar a dudas el primer gran momento del álbum, una canción de estructura simple pero armoniosa.
Pero también hay espacio para algo de densidad y melancolía, Jack of All Trades es un blues muy al estilo Bruce, con esto desacelera el sonido predominante del trabajo convirtiéndose en el momento más bello del mismo.
Death to My Hometown es una crítica al manejo económico en Estados Unidos, una canción "anti-Wall Street" por llamarla de alguna manera, y esta protesta Bruce la musicaliza a ritmo de folk, otro track 100% "americano".
Instrumentalmente hablando la mejor canción del disco es This Depression donde nuevamente la nostalgia se apodera del sonido en otro track que roza la excelencia.
El sencillo que le da el nombre a este disco Wrecking Ball  es un himno a la lucha de todo estadounidense que debe afrontar los obstáculos y las adversidades propias de un país cuya economía sigue estancada. Aquí el Jefe se luce vocalmente dentro de un ambiente musical country.
You've Got It trae de vuelta el folk puro que va adquiriendo potencia conforme la canción avanza, cadencia y energía muy bien combinadas.
El gospel vuelve hacer su aparición con Rocky Ground pero esta vez acompañado de la primera incursión de Springsteen en un terreno musical, el rap (interpretado por Michelle Moore) y que no desentona para nada en la propuesta del disco, lo que demuestra una vez más la versatilidad del artista.
El aire "religioso" continúa con Land of Hope and Dreams, el track más optimista (no necesariamente alegre) del disco. Más gospel.
El cierre no podía ser más americano, We Are Alive, digno final del un gran trabajo y cuyo sonido parece extraído de una vieja película o serie western de los 60's.

The Boss no podría haber llegado a ofrecer este tremendo trabajo sino no es por el acompañamiento de su incondicional E Street Band que lamentablemente vio partir al genial Clarence Clemons, el saxo magistral, que de todos modos dejó su huella en dos de los tracks antes de partir (Wrecking Ball y Land of Hope and Dreams). Otros colaboradores importantes fueron Tom Morello (guitarra en Jack of All Trades y This Depression) así como también Matt Chamberlain reconocido baterista que alguna vez colaborara con Pearl Jam.

Es así que estamos ante el mejor trabajo discográfico de lo que va del año, Bruce Springsteen demuestra una vez de qué está hecho y de lo que es capaz de hacer por lo tanto. Un disco que a la vez es de protesta y también de reflexión, que sirve para despertar sentimientos patrióticos, pero no como un cliché sino que se percibe una total honestidad, Bruce alza la voz, levanta el cartel, y exige a sus autoridades más honestidad y soluciones, así como también le pide a sus conciudadanos despertar y poner de su parte, todo esto musicalizado de manera maravillosa. Eso sólo lo puede hacer el americano más americano.


Wrecking Ball

viernes, 9 de marzo de 2012

Enrique Bunbury en Lima: Noche de alma desgarrada y corazón abierto, noche de Cantina

Era la noche propicia, noche de verano limeño, con un calor que golpeaba a los que impacientemente esperábamos por entrar al recinto donde se abriría por única vez la cantina más selecta de la música hispana. Enrique Bunbury se presentaba en el María Angola y eso de por sí ya generaba una expectativa importante. Si a todo ello le agregamos que el intérprete español presentaba su último trabajo “Licenciado Cantinas” (una selecta colección de canciones tradicionales hispanoamericanas, mucho vals, música criolla y mucho peruanismo), pues entonces dicha expectativa rebasaba los límites imaginados.

Minutos antes de que se abrieran las puertas del Centro de Convenciones el cielo nos regaló una ligera y sorpresiva lluvia, que como simbólico presagio anunciaba lo que escucharíamos más tarde, canciones que parten el alma pero que a la vez hacen sentir vivo más que nunca al que las escucha. Y es así como un poco húmedos y ansiosos ingresamos a ese pequeño templo en el que se había convertido el local.

Muy pocas veces los llamados “teloneros” de un recital son tan bien recibidos por el público que lógicamente espera impaciente la entrada el artista principal. Pero en esta ocasión el colectivo “Ofrenda Maestra” también conocido como “La Vieja Guardia” gozó del cariño sincero de los presentes. Fue así como los veteranos intérpretes del criollismo peruano se vieron sorprendidos ante la tremenda recepción del joven público que estaba frente a ellos. Ver a Juan Mosto, entre otros, emocionado por el caluroso recibimiento fue uno de los momentos mágicos de la noche que recién empezaba.

Y es así que pasadas las 21.30 hizo su aparición la banda de Enrique, “Los Santos Inocentes” que interpretaron la instrumental “El Mar, El Cielo y Tú” para que luego de esto Bunbury irrumpiera en el escenario al son de “Llévame”.

El primer gran momento de la noche fue sin duda la interpretación de “El Solitario” cantada por todos los asistentes a más no poder. Pero el instante apoteósico fue cuando Bunbury nos regaló “Ódiame”, aquel peruanísimo vals compuesto por Federico Barreto y Rafael Otero donde apreciamos al mejor Bunbury que ya era dueño de la situación, del escenario y del público. Fue una noche con sabor peruano ya que además de esto el español nos presentó “Vida” otra composición peruana (de Pablo Casas Padilla), y sorprendió a todos cuando incluyó en su repertorio su clásico “Canto” (track que no había sido interpretado en esta nueva gira) pero que guarda estrecha relación con el Perú ya que fue compuesto por Bunbury cuando éste se encontraba en Máncora en una de sus visitas incógnitas a nuestro país.

Bunbury no sólo presentó su nueva placa sino que hizo un pequeño recorrido por parte de su discografía, interpretando clásicas como “Big Bang”, “Sácame de Aquí”, “Que Tengas Suertecita”, “Sí”, “El Hombre Delgado Que No Flaqueará Jamás”, “Porque Las Cosas Cambian” y la infaltable “Infinito”. Cerró como es habitual en su gira con “Al Final”, el mejor broche de oro.

Creo que nunca vi que casi la totalidad de un auditorio se conectara con el artista, no hubo silencios aburridos, todas las canciones fueron cantadas (gritadas) a voz en cuello por los asistentes, Bunbury y el público se volvieron uno solo, se percibió la comodidad que siente Enrique al estar en Lima, se sintió querido y respetado, era tanta la euforia las ganas de que la noche fuera eterna que durante los dos “encore break” se escuchó el grito desaforado por los cuatro costados del María Angola: “¡Enrique, Enrique!”, exigiendo el regreso inmediato del cantante.

Nota aparte de reconocimiento para su banda, “Los Santos Inocentes”, impecables, el perfecto complemento, músicos con letras mayúsculas.

Enrique Bunbury demostró, por si quedaba alguna duda, que es la mejor voz en nuestro idioma, que tiene una personalidad arrolladora, que siente lo que hace y por ende lo transmite, de ahí la conexión tan perfecta con el público. Bunbury nos obsequió un recorrido por la música más desgarradora posible, salida de las entrañas, música de bar, de soledad, de desamor, música que refleja la vida misma y lo hizo con el corazón abierto. Sólo queda decir gracias Licenciado Cantinas, muchas gracias por eso.


Foto, Fuente: Kijada Producciones Facebook.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Van Halen, A Different Kind of Truth, 2012: Perfecto estado de conservación

Hablar de Van Halen es referirse a un pedazo grande de la historia del rock de casi los últimos cuarenta años. La personalidad difícil de los hermanos (Eddie y Alex) Van Halen produjo salidas y rupturas dentro de la banda ya conocidas por muchos, así la agrupación tuvo durante todo este tiempo hasta tres vocalistas distintos, David Lee Roth, Sammy Hagar y Gary Cherone. La actual etapa, que vendría a ser la cuarta es más bien la resurrección de la primera, el regreso de David a la banda ha sido una de las noticias más saltantes que nos dejó el año pasado. Aunque no todo puede ser perfecto ya que no nos encontramos con la formación más famosa que tuviera el grupo puesto que Michael Anthony, el bajista que permaneció en VH en su momento de apogeo, ya no es más parte del proyecto, ha sido reemplazado por Wolfgang Van Halen, hijo de Eddie, por lo que ahora más que nunca la banda merece llamarse como se llama. En cuando a Michael, él se unió a otro ex VH, Sammy Hagar y junto a Joe Satriani y Chad Smith (de Red Hot Chili Peppers) conforman la llamada "megabanda" Chickenfoot, que ya ha editado dos discos.
Volviendo a VH, este año prácticamente lo iniciaron con el lanzamiento de un nuevo trabajo, luego de catorce años de silencio. Se trata de A Different Kind of Truth, el álbum número doce en su carrera.
Al escucharlo no cabe duda que la banda está intacta, más allá que se pueda cuestionar o no su estilo o cierta tendencia a repetirse por momentos, Van Halen da una lección sonora, como si no hubieran pasado los años y fueron los mismos hombres que movilizaron masas sobre todo en los 80's.

El inicio del disco es el indicado, eligieron muy bien ya que Tattoo, que además fue el single promocional, sin ser un tema de aquéllos, es la muestra palpable que la banda está entera y en forma, un arranque que atrapa a quien lo escucha.
El disco tiene varios momentos de adrenalina pura, rapidez, cierto coqueteo con el punk, sonidos que evocan a los 80's de manera muy clara, como si estuviéramos recordando los momentos de mayor auge y gloria de VH, así tenemos a She's The Woman, China Town, Bullethead, Outta Space y Big River. Todas ellas canciones donde la frenética guitarra de Eddie Van Halen se luce permanentemente.
Las revoluciones por momentos descienden, como con You and Your Blues, donde la contundencia vocal de David Lee Roth se apodera del track haciendo combinación perfecta con la destreza instrumental del resto de la banda.
Uno de los mejores momentos de esta placa es Blood and Fire, tema relajado, no tan estruendoso pero no carente de cierta potencia, recomendable.
As Is, es una canción rítmica, golpeadora, oscura que por instantes roza el heavy pero que luego se va "soltando", se agiliza, para mantener la línea predominante del disco.
Con Honeybabysweetiedoll la banda se vuelve redundante, un poco repetitiva, es más que nada un track que complementa el disco, y si algo logra demostrar es la versatilidad vocal de David, que cambia de tono con gran facilidad, como siempre lo ha hecho. Otro tema que también sirve para "llenar espacio" es The Trouble with Never, aunque aquí más que lucirse David, el que muestra todo su arsenal es Eddie.
Stay Frosty es el momento de blues de esta placa, así se inicia para luego convertirse en una canción pesada pero que no pierde la armonía del principio.
El final del álbum, Beats Workin', nos ofrece rock sensual y cadencioso, un cierre correcto y en cierto modo distinto a lo ofrecido al lo largo del disco.

Van Halen ha vuelto, el sonido es prácticamente el mismo, la propuesta igual, al escucharlo es inevitable no agitarse un poco, divertirse, pasarla bien. David Lee Roth demuestra que está muy lejos de estar acabado y la maestría de Eddie Van Halen nunca estará en duda, Alex Van Halen siempre en lo suyo, correcto, rítmico, potente y melódico cuando tiene que serlo. Y el heredero Wolfgang no desentona, su bajo acompaña, complementa, funciona perfectamente.
No esperemos de Van Halen muchas sorpresas, novedades, cambios de ruta, o que se reinventen, porque eso no va a pasar, y los que conocen a la banda lo saben perfectamente. Pero quizás sí, sí hay una sorpresa, y es que a pesar de todo lo que se podía suponer, la banda está intacta, y el aporte de juventud del pequeño VH hace que esto se refuerce. Ahora será cuestión de escucharlos en vivo si es posible y corroborar si lo que escuchamos en el disco es lo que realmente son, por lo pronto Van Halen ha demostrado que está en un perfecto estado de conservación.

Tattoo











domingo, 15 de enero de 2012

2011. Mis Diez Discos.

Tenía esta cuenta pendiente, y sin entrar en mayor preámbulo paso a enumerar mi listado con los diez discos que más me atrajeron y me marcaron en el año que pasó. Teniendo en cuenta mi post anterior no debe generar demasiada sorpresa los álbums que he seleccionado.

10) Foo Fighters, Medium Rare: Uno de los dos discos lanzados por la banda de Dave Grohl en el 2011, aunque en este caso se trata en su mayor parte de tracks ya escuchados y que han conformado varios de sus anteriores trabajos. Esta placa llena de covers es la muestra más palpable que FF es, junto a Pearl Jam, la banda que mejor versiones realiza, especialistas en reinterpretar temas sin dañar su esencia y a la vez añadiéndole ingredientes nuevos. Entre los artistas versionados se encuentran: Paul McCartney, Cream, Thin Lizzy, Prince, Ramones, The Zombies, etc.



9) Pearl Jam, Live On Ten Legs: El único disco en vivo que conforma esta lista personal, un álbum que contiene 18 temas que representan un pequeño recorrido por la carrera de la banda que ya con dos décadas encima demuestra estar más vigente que nunca, fue un buen preámbulo para lo que disfrutaríamos a fin de año con la visita de la banda a nuestra región. Además el trabajo contiene algunas "sorpresas" como la interpretación de Arms Aloft de Joe Strumer and The Mescaleros y Public Image Ltd. perteneciente a la banda del ex Sex Pistols John Lydon (Johnny Rotten).



8) Screaming Trees, Last Words: The Final Recordings: Los 90's revivieron el año pasado gracias a este estupendo disco que nos ofrece lo que debió ser en su momento un álbum más de la banda liderada por Mark Lanegan pero que recién vio la luz más de 15 años después. Música que suena tan clásica como actual.



7) Incubus, If Not Now, When?: La madurez de una banda que ha encontrado su lugar y, sobre, todo su sonido, suenan mejor que nunca, con mucha sobriedad con este disco que ha sido sin lugar a dudas uno de los más destacados del año pasado gracias a su propuesta semi-acústica. Una banda que ha sobrevivido a los cambios y que tiene un futuro prometedor si sabe manejar su carrera como hasta hoy.



6) Tom Waits, Bad As Me: Lo dije antes, lo digo ahora, Tom puede hacer lo que le dé la gana, puede interpretar lo que desee y siempre quedará muy bien parado. Esa capacidad multi-interpretativa lo lleva a poder recorrer senderos que otros no pueden. Un hombre capaz de experimentar con el rock, el blues y el jazz y dejarnos con ganas de más. Un regreso esperado y que sobrepasó las expectativas generadas.



5) Cake, Showroom of Compassion: Cake siempre se caracterizó por ser diferente al resto en cuanto al sonido pero también por tener una marca registrada, su cercanía con el jazz con las trompetas como protagonistas han sido su sello siempre. Y a pesar que quizás este trabajo suene muy a los mismo de siempre (es decir que no nos sorprenda con un giro sonoro en la propuesta), posee paradójicamente variedad ya que recorre otros géneros como el blues o el country. Después de siete años Cake regresó y no ha perdido un ápice de su calidad. Una banda instrumentalmente perfecta.



4) R.E.M., Collapse Into Now: Constituye la despedida de una de las grandes bandas de todos los tiempos, en realidad éste no es su último trabajo ya que editaron un recopilatorio en noviembre pero realmente R.E.M. nos dijo adiós aquí, con este extraordinario trabajo lleno de, como diría una buena amiga, "música bonita" y de un sonido que evoca a la nostalgia. Eso fue lo que ofreció la agrupación de Michael Stipe, un discazo para cerrar su carrera que además cuenta con invitados notables como Patti Smith y Eddie Vedder. Gracias R.E.M. por todo, y ojalá regresen algún día no muy lejano.



3) Eddie Vedder, Ukulele Songs: Como lo señalé en su momento, un disco sencillo, amable, y nada pretencioso. Vedder nos ofrece su corazón y su alma con canciones que pueden derrumbarte si estás triste, acompañarte, hacerte reflexionar, sentir o llenarte de melancolía. Un álbum que contiene temas propios y además muchas canciones de pertenecen a la historia de la música (pertenecientes a las décadas del 20 y 30). Un Eddie distinto en parte al líder de Pearl Jam, pero que si algo mantiene de aquél es la capacidad para captar nuestra atención y conmovernos.



2) Foo Fighters, Wasting Light: 2001 fue el año Foo sin duda, año de consolidación luego de 16 años de carrera. Dave Grohl ya logró hace mucho hacerse de un nombre propio y que ya no se refieran a él como el baterista de Nirvana sino como el líder de FF. Un álbum a puro rock, rock de verdad, que suena a clásico, que quizás no ofrece grandes novedades pero que definitivamente respeta sus fuentes y les rinde tributo. En este trabajo, y justamente hablando de Nirvana, colabora Kris Novoselic en uno de los tracks. Es la primera vez que una banda tiene dos discos en mi lista final de diez del año, pero era inevitable.



1) Adele, 21: Siempre he señalado que no encuentro grandes alternativas entre lo que suena actualmente, pero siempre hay un excepción a la regla. Esta joven inglesa confirma lo que se preveía al escuchar su primer álbum (19), y es que estamos frente a la mejor voz y talento de su generación, heredera del legado de Amy Winehouse. Adele tiene una capacidad de destruirnos el corazón con canciones realmente tortuosas pero también de envolvernos con su ritmo y voz. El blues, el pop (bien trabajado), el soul y, por qué no decirlo, el rock, están presentes en su segunda placa, la mejor del año para mí gusto. Ojalá no suceda lo de siempre y haya tocado su techo muy rápido y comience el descenso, en realidad lo dudo porque se ve que esta artista es distinta a sus colegas en muchos aspectos y eso ya es un punto a favor.




Y así pues cumplo con mi deuda y si es que alguien le interesa ahí tienen estos dos últimos posts que resumen lo que me dejó el 2011. Veremos que nos depara el 2012, se avecina el regreso de Van Halen, no se sabe açun como quedarán los planes de gira y álbum de Black Sabbath ante la inesperada noticia de la enfermedad de Tommy Iomi. También hay que estar pendientes ante la posibilidad de que los tres grandes de Seattle (Pearl Jam, Soundgarden, Alice in Chains) editen sus nuevos trabajos este año. Sólo queda esperar, con muchas ansias.




martes, 10 de enero de 2012

2011. Mis Diez Canciones.

Un poco tarde pero quería cumplir con lo que siempre elaboro después de finalizado el correspondiente año musical. Un año que tuvo de todo y que musicalmente me acompaño con muchos temas que encajaron perfectamente en un 2011 que fue el año más intenso y duro de mi vida. Pero no he venido a hablar de mis cuestiones personales sino más bien del soundtrack de mi último año. Quizás muy pocos coincidan con los diez temas que he seleccionado pero como siempre digo en estos casos al ser una elección personal es totalmente arbitraria.

10) Bush, All Night Doctors: El regreso de la banda británica liderada por Gavin Rossdale fue, como señalé en su momento, un tibio retorno con su álbum Sea of Memories pero al menos me dejó este tema rondando en mi cabeza. Una balada muy bien construida en donde el protagonista es el piano que permite que el track se eleve y se consolide.



9) Screaming Trees, Revelator: Perteneciente a un disco (Last Words: The Final Recordings) que tuvo que esperar más de 15 años para ver la luz, la banda de Mark Lanegan "regresa" con un trabajo de sus "sesiones perdidas" del que rescato en particular este sencillo, que nos da la sensación de viajar en la máquina del tiempo y vivir los 90's en pleno siglo XXI. Un track que podría encajar perfectamente en la actualidad musical, más bien mejorarla.



8) Cake, Mustache Man (Wasted): La banda californiana volvió después de 7 años de haber publicado su último trabajo de estudio (más allá de un posterior recopilatorio) y lo hizo con su sello inconfundible en donde este track sin duda resalta por su ritmo contagiante y excelente base instrumental que acompaña a la voz de John McCrea.



7) R.E.M., It Happened Today: Una de las noticias musicalmente hablando más tristes del año que pasó fue la decisión de R.E.M. de poner punto final a su extensa y legendaria carrera. En noviembre editaron un disco recopilatorio a modo de despedida pero meses antes lanzaron el que sería su último trabajo de estudio Collapse Into Now, un disco excelente del que he seleccionado este track en donde los acompaña Eddie Vedder en la parte vocal (detalle que se aprecia con mayor claridad al final del tema) y que lleva la canción a otro nivel.



6) Tom Waits, Chicago: Un retorno particularmente muy esperado por mí, el genial Tom nos demuestra una vez que puede hacer lo que le dé la gana, dejarnos varios años sin escucharlo, interpretar los más diversos estilos con ese estilo vocal inconfundible, su último trabajo Bad as Me se inicia con este track que apenas dura poco más de 2 minutos y que nos invita a movernos, balancearnos, a dejarnos llevar. Genialidad Waits marca registrada.



5) Incubus, Promises Promises: Esta banda siempre nos dejará algo que recordar en cada placa que edite y ésta no es la excepción, este sencillo es el abanderado de ese muy buen disco llamado If Not Now, When?, esta canción de onda tranquila pero no carente de energía fue de mis favoritas en el 2011.



4) Foo Fighters, Walk: No será la canción del año, pero sí el video del 2011, ver a los Foo representar diversas escenas del film Falling Down que protagonizara Michael Douglas es una verdadera delicia y algo muy divertido, todo ello a través de un tema contundente. Rock y punto.



3) Adele, Someone Like You: Destructiva, track que hiere, mata, que se siente en el corazón y en el alma. Una demostración de lo que es capaz de hacer la joven artista británica con su voz y talento. La balada perfecta.



2) Eddie Vedder, Without You: Otra canción que destruye el corazón, track asesino, una vez más Vedder deja en claro que una cosa es él como solista y otra como líder de Pearl Jam, y en ambas facetas resalta. Tristeza, melancolía y belleza.



1) Adele, Rolling In The Deep: No podía ser otra, ella manda y gobierna en el mundo actual de la música y felizmente es la esperanza que tenemos de que esta generación pueda realmente disfrutar de la música, del arte, en vez de lo que comúnmente viene recibiendo. Este sencillo rítmico nos atrapa, Adele se mueve como pez en el agua a pesar de ser un estilo un poco distinto al que habitualmente interpreta ya que aquí por momentos coquetea con el rock. Es la primera vez que una misma artista tiene dos canciones dentro de mi top 10 personal.



Y así termino con este listado que no fue fácil de construir aunque que sí disfruté mucho en hacerlo. En el próximo posteo le tocara a "mis 10 discos del 2011", que como es evidente tendrá mucho que ver con este post.