martes, 5 de marzo de 2013

Jimi Hendrix, People, Hell and Angels (2013): Ahora sí, El Último Retorno



Jimi Hendrix debe ser el artista de rock que más ha “producido” después de fallecido. Podríamos enumerar muchos trabajos que fueron editados tras la pérdida del considerado para muchos el más grande guitarrista de todos los tiempos. Han pasado casi 43 años desde que nos dejó pero su obra continuó paradójicamente renovándose, gracias al material que dejó sin editar y que ha sido publicado a lo largo de los años. Es así que este año nos regala otra obra póstuma, se trata de People, Hell and Angels, una placa que entrega 12 tracks inéditos, aunque algunos de ellos ya habían sido incluidos en otras versiones dentro de otros trabajos póstumos así como también fueron interpretadas por Hendrix en diversos recitales incluido Woodstock, pero en esta ocasión se ofrecen ingredientes distintos, la improvisación así como también la presencia de instrumentos no tan comunes en la obra de Jimi, como el saxo, las congas, o el teclado.
Pero vayamos a lo que nos compete, el disco, quizás es la más osada propuesta que nos ha regalado Hendrix, donde explora sonidos, juega, se arriesga, y a pesar de ello queda muy bien parado, demostrando que su figura icónica perdura.
Desde el inicio la obra nos atrapa con su track inicial, Earth Blues, un arranque muy rítmico, ligero y relajado, con una guitarra que se apodera de la escena pero de manera mesurada, sin tanta fanfarria o espectacularidad.
Somewhere, constituye un blues psicodélico que atrapa, seduce, enamora y nos envuelve.
Más agudeza y frenetismo encontramos en Hear My Train a Comin, que posee un solo contundente, un Hendrix en su estado más puro.
Las revoluciones bajan ligeramente con ese blues eléctrico llamado Bleeding Heart, un tema compuesto originalmente por Elmore James, un sencillo que a su vez contiene como acompañante ideal de la guitarra una perfecta percusión.
Let Me Move You es una canción festiva, alegórica en donde el teclado, la batería y en especial un sorpresivo saxo toman el control lo que acerca a Jimi al jazz.
Un genial punteo de guitarra se complementa de manera perfecta con un protagónico y cadencioso bajo, todo esto a su vez se le suma la voz de Jimi que reclama y exige nuestra atención, todo esto es Izabella.
En Easy Blues, como su propio nombre lo indica, nos topamos con un blues más elemental, un bajo hipnótico que luego cede su poder ante la grandeza de una guitarra que nos lleva a las alturas más insospechadas.
Un Hendrix más básico o terrenal si se quiere es el que se presenta en Crash Landing, donde su inseparable instrumento recorre el track dejando de lado por momentos el ya mencionado lado frenético pero sin dejar de tener ese poder tan propio de la obra de Jimi.
Con Inside Out regresa la complejidad tan necesaria a veces, con una guitarra que juguetea, sube y baja en un tema totalmente instrumental.
Siempre habrá un pequeño lugar para la melancolía y la vulnerabilidad, eso es Hey Gypsy Boy, una canción que nos desarma y apacigua, nos hace sentir vivos.
Mojo Man es sin lugar a dudas el track distinto, elementos como las trompetas y el teclado acaparan la atención como protagonistas atípicos, esto se acentúa más al escuchar no la voz de Jimi si no la de Albert Allen uno de los autores del tema (junto a Arthur Allen), pero el sólo hecho de sentir la presencia de Hendrix y sus cuerdas consiguen que la canción no parezca tan ajena.
Villanova Junction Blues, es el punto final de la obra, un efímero blues, otra pieza totalmente instrumental que nos deja con la sensación de querer más, mucho más.

Y así Jimi vuelve desde esa eternidad que le ha permitido visitarnos en innumerables ocasiones, pero esta vez es distinto, como ya se ha confirmado no existe más material de estudio o grabaciones por “redescubrir”, no hay más en el baúl de los tesoros, lo cual es una pena, aunque quién sabe, siempre el buen Jimi se las ingenió para volver desde donde está para sorprendernos con sus eternas e inacabables composiciones. Y si lamentablemente ya no queda más que exponer, pues no nos podemos quejar, más bien deberíamos agradecerle, ya nos obsequió con creces desde su psicodélica eternidad, como hoy en el que quizás fue su último retorno.

Somewhere