lunes, 28 de diciembre de 2015

Gracias, Lemmy.

Hace pocos meses Motörhead publicó su más reciente producción, Bad Magic. Este álbum celebraba los 40 años de trayectoria de la banda, aunque no en las mejores circunstancias. La voz y el cuerpo de Lemmy Kilmister dijeron "basta" en plena gira, por lo que el rockero británico decidió descansar para volver recargado. No pudo ser. No era necesario que se dijera, se sabía que Lemmy, de a pocos, se estaba yendo. Pero como todo buen guerrero jamás tuvo la rendición como una alternativa, y se aferró a la esperanza de volver. Quizás aquello le dio más tiempo en este mundo al que remeció con la potencia de su obra.

Lemmy, a través de su banda (de la que fue el único integrante que sobrevivió a todas sus etapas), tuvo el mérito de acercar el heavy metal a las masas al vestirlo de rock, logró masificar ese sonido potente y su peculiar voz. Y sí, Lemmy no poseía una voz armoniosa, pero sí contundente, rasposa, de garganta que se secaba por la irritación del esfuerzo para luego ser refrescada con alcohol, proceso que se repetía constantemente. Y es que el irrepetible bajista británico interpretó como pocos el papel de "rock star". Se creyó el rol y lo ejecutó a la perfección, y eso (además, obviamente, de su música) generaron una atracción animal entre el público y Motörhead. 

No solo fue parte de la historia de la música, el cine y la televisión tuvieron el privilegio de tenerlo como parte de sus diversas bandas sonoras. Pero no solo eso, Lemmy supo actuar en films, como los de Troma Entertaiment, una compañía que se dedicaba a realizar películas de cine "serie z", cuyos contenidos se centraba en sexo, violencia, y mucha, pero mucha sangre, por lo que Lemmy se sintió como pez en el agua. En 2008 apareció como invitado en la serie Psych.

Por último, Motörhead logró extender su fama con sus colaboraciones musicales para la empresa de wrestling WWE, incluyendo apariciones en vivo. Los arreglos que Lemmy realizó a las canciones que le fueron entregadas las llevaron a otro nivel, siendo muy bien recibidas, por lo que un nuevo público abrió sus puertas a la legendaria banda. Además, en 2004 se acercó a Dave Grohl, llamando la atención la colaboración de Lemmy en el proyecto metal del líder de Foo Fighters llamado Probot.

Antes de cerrarse, el año nos golpea duramente y sin piedad. Hace unas semanas perdíamos a Scott Weiland, hoy Lemmy parte al merecido descanso. Pero, a partir de ahora su voz no se resquebrajará, no tendrá que pedir disculpas como cuando las cuerdas vocales lo traicionaron en la última gira. Ahora podrá cantar hasta que le dé gana, beber sin pausa, sacudir a la inmensa eternidad. La Vieja Escuela ha perdido a uno de sus últimos guerreros y duele... duele mucho, pero no olvidemos que los verdaderos Guerreros del Rock son inmortales, el olvido no es una opción para ellos. Gracias, Lemmy, por la obra, por el legado.


Ace of Spades



Participación en Wrestlemania 21 para la WWE.



 Till The End, una de las mejores canciones de su último trabajo.

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