viernes, 23 de diciembre de 2011

Breve Saludo de Cumpleaños para el Señor Eddie Vedder: Navidad Jammer

Navidad Jammer. Sí, así es, hoy justo un día antes de la víspera del Nacimiento del Primer Hippie de la Historia, el mundo jam también celebra su propia y particular Navidad. Un 23 de diciembre nace este hombre, este señor, que para muchos está cerca a ser una divinidad (cosa que a él no le agrada). Un día como hoy, pero de 1964 nació este hombre sencillo, de infancia difícil pero de madurez pletórica. Un hombre que tiene millones de seguidores, y no porque sea bien parecido, o porque cante bonito, o porque sea un "rock star", sino porque dentro del mundo de la música es la persona con más humanidad que existe, es el artista más cercano a sus militantes (creo que ese término es el más apropiado ya que somos más que simples fans). Lo sentimos como propio, como nuestro, porque en realidad es uno de nosotros, es un amigo que expresa con su arte lo que nosotros queremos decir muchas veces. Gracias Eddie Vedder por la música, la poesía, la filosofía, la alegría, incluso el dolor, por acompañarnos en nuestras soledades o hacer mucho más felices nuestros momentos de alegría. Gracias por tu arte, que no es igual al de nadie, gracias por expresar lo que muchas veces sentimos. Gracias por hacerme ver que aún se puede continuar. Gracias por ser la voz de la mejor banda de este planeta. FELIZ CUMPLEAÑOS EDDIE VEDDER. Te quiero.






domingo, 11 de diciembre de 2011

Enrique Bunbury, Licenciado Cantinas, 2011: El bar está abierto

Escuchar el último trabajo del ex-líder de los Héroes del Silencio, Enrique Bunbury, es una verdadera delicia. El año cierra, musicalmente hablando, con una obra de alto calibre. Y qué mejor se trata de un disco en nuestro idioma. EB es un español amante de nuestro continente y nuestra cultura, tradiciones, costumbres y enigmas. Y también es amante de disfrutar de una que otra noche bohemia cada vez que pisa estas tierras. Por ende ha podido visitar las diversas cantinas y bares que abundan y que son como un segundo hogar para Enrique, sea del país que sean. Es esos lugares donde EB pudo no sólo beber de su néctar preferido, sino también escuchar a lo largo de todos estos años las más variadas canciones que seguro fueron la banda sonora de muchas de sus tertulias, canciones que componen de una u otra manera la tradición popular latinoamericana.
El gran intérprete español nos ofrece un recorrido por sus temas favoritos provenientes de esta parte del mundo, en algunos casos respetando la esencia de la canción, en otros, reinventándolos sin destruir al original.

El inicio del trabajo El Mar, El Cielo y Tú, original de Agustín Lara, es un preámbulo instrumental que nos introduce en la atmósfera melancólica que caracteriza el disco. Se nos abre la puerta de la cantina.
Le sigue Llévame (de Louie Ortega) con un guitarreo eléctrico que contagia y en donde EB se presenta con toda la energía y contundencia habitual.
Mi Sueño Prohibido, hermoso bolero original de José Tejedor y que EB llena de ritmo relatando la historia del recuerdo de un amor pasado, imposible e irrecuperable.
Llegamos así el primer momento realmente sublime del disco, Pa' Llegar a Tu Lado, donde EB respeta el alma de la versión original de la lamentablemente desaparecida Lhasa de Sela. Un canción tenue, un suspiro en donde Bunbury nos acompaña, casi adormece dulcemente, relatando una letra que es más que nada un agradecimiento.
En Chacarera de un Triste (original de Los hermanos Simón), el sabor tropical lleva esta versión a otro nivel, con cadencia no exagerada. Instrumentalmente muy bien elaborada. Aquí el protagonismo se lo llevan los músicos de renombre (Los Santos Inocentes) que acompañan a Enrique.
El Perú a través de un clásico vals también tiene un espacio en esta producción, Ódiame (de Barreto y Otero López). Dolor puro, desamor, interpretado magistralmente tanto por la voz de Enrique como por el acompañamiento de los Santos Inocentes. Otro momento altísimo del álbum.
La versión de Vida (de Casas Padilla) es por demás deliciosa, a ritmo de bolero, con la sobriedad de EB como eje de track, una interpretación sencilla, esa simplicidad que paradójicamente es complicada de obtener por muchos.
El Mulato (Licenciado) muestra el momento más denso del disco, este cover del tema original de
Ricardo Ray y Bobby Cruz, roza el blues y poco a poco va creciendo y se transforma en un himno casi tropical.
A ritmo de cumbia EB realiza el cover de El Solitario (Diario de un Borracho) de Alfredo Gutierrez, con un bajo que marca el desarrollo del tema y con un Bunbury que encaja de manera impecable en un track de letra sufrida. Simplemente extraordinaria.
Con Animas Que No Amanezca EB saca a relucir ese mariachi-texano que tanto le agrada y que no podía ser ajeno de esta placa. Un track festivo que no desentona con el resto del álbum.
La melancolía en su máxima expresión llega con Que Me Lleve La Tristeza (original de Marcial Alejandro), una canción casi suicida, tópico que EB domina a la perfección. Brillante versión que sintetiza el espíritu del disco.
Una clásica salsa transformada en algo muy distinto es lo que encontramos con el cover de El Día de Mi Suerte (de Willie Colón y Hector Lavoe), otros de los mejores momentos del álbum y que demuestra la capacidad de Bunbury para reinventar, transformar la música sin faltarle el respeto a la versión original.
El tango también es un de los géneros que mas ama EB y es así que nos ofrece una impecable versión de Cosas Olvidadas de Rodio y Contursi. Letra desgarradora, recuerdos de amores pasados que se cantan con el alma y corazón. Un tango con algunas pizcas de bolero. Una delicia.
El ánimo se levanta al menos un poco con el cover de La Tumba Será El Final, donde la nostalgia no desaparece pero se disimula mejor. Un poquito de esperanza con su cuota de dolor.
El Cielo Está Dentro De Mí es el capítulo final de todas estas historias, estos versos de Atahualpa Yupanqui en la voz de Enrique acuchillan, atormentan y matan. El cierre digno, con una armónica que acompaña dolorosamente a Bunbury a relatar la historia.

Enrique Bunbury es un especialista en remecer las fibras más íntimas del ser humano, sabe como estremecer el corazón, esta vez no lo hizo con algo de su propia autoría pero sí con historias que lo marcaron, que escuchó, y por qué no decir, que lo influenciaron en su carrera solista. Ahora bien no se puede negar el valioso apoyo de Los Santos Inocentes, su banda, compuesta por el acordeón del Flaco Jiménez, la harmónica de Charlie Musslewhite, y las guitarras de Dave Hidalgo (Los Lobos) y Eliades Ochoa de Buenavista Social Club, sin ellos esta obra no tendría el nivel que ostenta.
Una obra maestra, nostálgica, dolorosa, no recomendable para corazones rotos, o quizás sí, ya que Bunbury, como siempre, logra que el oyente no se sienta solo en su desventura, que sepa que hay muchos, demasiados, como él, y que la vida sigue, como sigue la magistral carrera de esta artista español que nuevamente demuestra que tiene licencia para matar, nos ha abierto la puerta de su cantina, y aquel bar estará abierto siempre para nosotros. Porque al final tan solos no estamos.


Llévame



Pa' Llegar a tu Lado



Ódiame



El Solitario (Diario de un Borracho)



Cosas Olvidadas