lunes, 23 de abril de 2012

Candlebox, Love Stories and Other Musings, 2012: Añorando tiempos mejores

Referirse a Candlebox, es hablar del rock de los 90's, del rock alternativo, del mal o bien llamado "grunge", de un estilo, una banda que fue parte de un movimiento que marcó a una generación. No obstante la banda sufrió altibajos, años de silencio y quedó más como un recuerdo que como una realidad actual. En el 2008 regresaron luego de diez largos años con su álbum "Into The Sun", y a pesar de no ser un disco que podríamos denominar como "el gran retorno", dejó un puñado de canciones interesantes y agradables.
Cabe recordar que algunos integrantes de la banda se unieron con sus colegas de Live (excepto Ed Kowalczyk) conformando The Gracious Few, uno de esos llamados "supergrupos" a través del cual lanzaron un disco aunque sin la trascendencia de las anteriores bandas de las que fueron parte.

Love Stories & Other Musings es el nombre del nuevo trabajo discográfico de Candlebox y que si bien no es un álbum que se deba despreciar, deja un sabor a poco para lo que la banda puede dar.
Un acelerado y casi frenético inicio nos ofrece Youth in Revolt, un arranque que demuestra que al menos la banda está en forma.
Las revoluciones bajan (pero sólo un poco) con Sweet Summertime, un track mejor estructurado que el anterior y con una batería que se muestra muy sólida.
Believe in It fue el single promocional del disco, sin duda muy bien escogido ya que es el mejor, en realidad mucho mejor que el resto del disco. Sonido de rock alternativo con residuos de los 90's.
Luego She Come Over Me consiste en un track un poco más trabajado, con momentos mixtos de "tranquilidad" y potencia, aunque predomina más esta última característica.
Turn Your Heart Around emana sensualidad, baja los decibeles, algo que beneficia al disco ya que rompe un poco con la monotonía.
Pero nuevamente la fuerza toma el control con Lifelike Song, otro single que recuerda el sonido alternativo y más clásico de la banda.
Come Home es el típico tema que sirve para completar un disco, para llenar un espacio ya que a pesar de no ser un mal track no llega a trascender ya que repite la línea general del disco.
Cabe un lugar para algo de nostalgia con Baby Love Me, el momento "feelin'", aunque no llega a impactar como se quisiera ya que se insiste en agregarle dosis de "energía" como en casi todos los tracks.
El final del disco es de los momentos más rescatables, Them Eyes trae un poco de blues y melancolía.

El disco se completa con cinco temas clásicos regrabados (Far Behind, You, Cover Me, Change y Simple Lessons). Y es justamente eso lo que perjudica a la banda ya que es inevitable la comparación de lo que fueron y lo que son ahora.
A pesar de ello si algo hay que rescatar es que la voz de Kevin Martin está intacta, suena tan bién como hace veinte años, y el grupo en general denota que están en excelentes condiciones. El problema es lo que se ofrece, que no está al nivel de sus anteriores grabaciones incluso de la penúltima de 2008. Queda una sensación ambigua al escuchar el disco, ya que no se niega que estamos ante buenos músicos pero definitivamente el resultado pudo ser mejor, esto a veces ocurre en algunas bandas y se termina añorando tiempos mejores que quizás no vuelvan.  

Believe In It








domingo, 22 de abril de 2012

Bruce Springsteen, Wrecking Ball, 2012: El regreso del americano más americano

Estados Unidos tiene símbolos que la representan a nivel mundial, que identifican a dicho país y lo perennizan en la memoria colectiva. Así tenemos la bandera de las barras y estrellas, la Estatua de La Libertad, el águila calva y ¿por qué no? a Bruce Springsteen, el símbolo máximo de americanismo puro. No creo que haya un rockero o músico en general más patriota que él, y no es porque el resto no lo sea sino que "The Boss" debe ser el que más lo exterioriza. Testigo de ello son los numerosos discos que conforman su carrera.
Es así que este año el buen Jefe nuevamente nos ofrece su patriotismo sincero y visceral y nos regala un álbum lleno de sentimiento... sentimiento americano, amor por su país.
Wrecking Ball constituye el disco número 17 de su trayectoria, que marca el retorno de Bruce luego de 3 años, ya que en el 2010 lanzó un recopilatorio (The Promise) pero realmente su última producción data del 2009, Working Of A Dream.
El trabajo consta de 11 temas con una línea que se mantiene a lo largo de todo el disco, esto es, el mensaje crítico al modo de manejar las cosas en su país (más allá del cambio de gobierno, que el mismo Bruce celebró en su momento) y a como afrontar la dura crisis que hace que Estados Unidos aún no se levante económicamente.
El primer single de la placa evoca al Bruce más ochentero posible, We Take Care of Our Own es una canción sencilla pero que a la vez atrapa al oyente ya que recuerda al Springsteen más mediático que hubo ("Born in The USA"), un efectivo gancho para querer seguir escuchando el resto del álbum.
Siguiendo el recorrido Easy Money es un canción más básica o rústica si se quiere, muy americana, con una atmósfera country gracias al violín que acompaña. Ya en este track se aprecia algo que será recurrente en el disco, el sonido gospel, los "coros de iglesia" que le dan un toque especial.
Y precisamente esos "coros de iglesia" también están presentes en Shackled and Drawn que es sin lugar a dudas el primer gran momento del álbum, una canción de estructura simple pero armoniosa.
Pero también hay espacio para algo de densidad y melancolía, Jack of All Trades es un blues muy al estilo Bruce, con esto desacelera el sonido predominante del trabajo convirtiéndose en el momento más bello del mismo.
Death to My Hometown es una crítica al manejo económico en Estados Unidos, una canción "anti-Wall Street" por llamarla de alguna manera, y esta protesta Bruce la musicaliza a ritmo de folk, otro track 100% "americano".
Instrumentalmente hablando la mejor canción del disco es This Depression donde nuevamente la nostalgia se apodera del sonido en otro track que roza la excelencia.
El sencillo que le da el nombre a este disco Wrecking Ball  es un himno a la lucha de todo estadounidense que debe afrontar los obstáculos y las adversidades propias de un país cuya economía sigue estancada. Aquí el Jefe se luce vocalmente dentro de un ambiente musical country.
You've Got It trae de vuelta el folk puro que va adquiriendo potencia conforme la canción avanza, cadencia y energía muy bien combinadas.
El gospel vuelve hacer su aparición con Rocky Ground pero esta vez acompañado de la primera incursión de Springsteen en un terreno musical, el rap (interpretado por Michelle Moore) y que no desentona para nada en la propuesta del disco, lo que demuestra una vez más la versatilidad del artista.
El aire "religioso" continúa con Land of Hope and Dreams, el track más optimista (no necesariamente alegre) del disco. Más gospel.
El cierre no podía ser más americano, We Are Alive, digno final del un gran trabajo y cuyo sonido parece extraído de una vieja película o serie western de los 60's.

The Boss no podría haber llegado a ofrecer este tremendo trabajo sino no es por el acompañamiento de su incondicional E Street Band que lamentablemente vio partir al genial Clarence Clemons, el saxo magistral, que de todos modos dejó su huella en dos de los tracks antes de partir (Wrecking Ball y Land of Hope and Dreams). Otros colaboradores importantes fueron Tom Morello (guitarra en Jack of All Trades y This Depression) así como también Matt Chamberlain reconocido baterista que alguna vez colaborara con Pearl Jam.

Es así que estamos ante el mejor trabajo discográfico de lo que va del año, Bruce Springsteen demuestra una vez de qué está hecho y de lo que es capaz de hacer por lo tanto. Un disco que a la vez es de protesta y también de reflexión, que sirve para despertar sentimientos patrióticos, pero no como un cliché sino que se percibe una total honestidad, Bruce alza la voz, levanta el cartel, y exige a sus autoridades más honestidad y soluciones, así como también le pide a sus conciudadanos despertar y poner de su parte, todo esto musicalizado de manera maravillosa. Eso sólo lo puede hacer el americano más americano.


Wrecking Ball