sábado, 8 de marzo de 2014

Soundgarden: Los 20 Años de Superunknown



En 1994, veinte años atrás, el universo musical se vio sacudido por eventos que marcarían un antes y un después en la escena del rock. Es más que obvio que el suceso más recordado -por lo doloroso y por las consecuencias del mismo- fue la muerte de Kurt Cobain, hecho que marcó la pauta de un año distinto, duro, oscuro pero a la vez lleno de mucha producción musical de excelencia que se convertiría en emblemática y que sirve, a través de la música, para describir las vivencias de la “Generación X” y los tumultuosos años 90’s. Pearl Jam, Soundgarden, Stone Temple Pilots, Blur, Oasis, Beastie Boys, The Offspring, Green Day, Korn, The Cranberries, Weezer, entre muchos otros, editaron producciones que hoy son consideradas fundamentales para entender una época, su música y sobre todo su manera de ver el mundo y afrontar la realidad.
Uno de esos discos legendarios que cumple la veintena es Superunknown, para muchos el álbum más completo y perfecto de Soundgarden. Y sí, quizás lo sea, otros eligen al genial Badmotorfinger como el gran disco de la banda de Seattle, pero eso no lo vamos a discutir, el arte se disfruta no se debate.
Superunknown fue una propuesta oscura, pero a su vez energética, con trazos de punk, de rock clásico, de densidad extrema. Todo ello elevado a la máxima potencia a través de la poderosa voz de Chris Cornell, que convirtió a los tracks en más que sencillas canciones para transformarlas en gritos melódicos de supervivencia y sentimiento.
Desde el comienzo hasta el final el disco nos engulle, nos introduce a su mundo e historias, a partir de la primera distorsión melódica del track inicial Let Me Drown  hasta ese cierre distinto pero no falto de energía que es She Likes Surprises.  
Pero en el medio del viaje nos topamos con verdaderas joyas que ahora son consideradas indispensables e indiscutibles en la colección de “grandes éxitos” de la década alternativa. La energética My Wave, la introspectiva y genial Fell On Black Days, la contundente Superunknown, ese himno perfecto y repetido hasta la saciedad llamado Black Hole Sun, la entrañable y rítmica Spoonman (quizás una de las canciones más “queridas” de la banda), son los momentos más recordados de este trabajo. Pero este servidor tiene una preferida por sobre aquéllas, The Day I Tried I Live, una canción que, por ser hasta cierto punto distinta al resto, resalta por su perfecta arquitectura musical, por resumir el disco en una canción. Sería injusto olvidar a los otros componentes del álbum como Mailman un ejemplo claro de cómo aplicar la densidad al rock, Head Down uno de los pocos momentos con elementos semi acústicos dentro de una propuesta más bien frenética, la rápida y punk Kickstand, la hipnótica Fresh Tendrils, ese extracto que nos lleva hacia el sonido hindú y espiritual que es Half, y por último la presencia de la compleja pero armoniosa Like Suicide, completan este disco que es tan hermoso como complicado, como el ser humano.
El disco no sólo es producto de la genialidad vocal y letrista de Cornell, él no podría haber llegado a este prodigioso resultado de no ser por el vital complemento de la guitarra del magistral Kim Thayil, considerado uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos aunque su humildad no lo deje aceptarlo. No menos importante la presencia de Ben Shepherd, que con su bajo refleja aquella tan mencionada densidad y que hace juego con su postura de mirada al suelo en trance hipnótico como cuando está de pie en el escenario. Y claro, el ritmo, los sube y baja de la percusión a cargo de Matt Cameron en la batería, todo un referente.
Para conmemorar estos veinte años, la banda editará  en junio una edición especial del disco, que contendrá la remasterización del mismo así como demos, ensayos, acústicos e instrumentales. Esta edición estará disponible tanto en vinilo y en una versión de lujo de cinco discos y un Blu-ray.
Superunknown cumple veinte años, y estando a puertas de recibir a la banda en esta parte del continente, no hay mejor manera de generar más expectativa de la ya acumulada. Mientras estas líneas son escritas, suena el álbum de fondo en esta habitación, retrocedo mentalmente y esbozo una sonrisa recordando (y añorando) el mundo y mi vida de hace dos décadas, sé que no volverá a ser igual, que el tiempo pasó, pero al menos quedan estos testimonios musicales que representan la revisión a nuestro álbum de fotos y recortes de vida y emoción. Felicidades Soundgarden, y gracias por la música, nos vemos pronto.