miércoles, 12 de junio de 2013

Black Sabbath, "13" (2013): El Pletórico Retorno de los Dioses del Averno



Las expectativas que puede generar el regreso de alguien a quien se ama y se añora son por lo general tan grandes como el amor y devoción que se le tiene. El heavy metal nos trae de regreso a sus Padres, y por lógica, sus hijos (algunos se hacen llamar súbditos), son víctimas de una devoradora impaciencia por el pronto arribo de los creadores del género. Y es que Black Sabbath no sólo fue el punto de partida para un nuevo género si no también creó un estilo de oscuridad perenne que envolvía a quien los escuchaba, eso ya es sabido. Claro está que como cualquier banda, incluso las más legendarias, pasan por etapas de todo tipo, desde cambios de integrantes (Dio querido, siempre en nuestro recuerdo), discos clásicos, pero también de los otros, los que pasan desapercibidos.
Por eso que el solo hecho de saber que el Black Sabbath original volvía al ruedo, no sólo con álbum si no también con gira mundial, no hizo más que generar una ansiedad tan enorme y expectante sólo podía ser comparada con la reunión de Led Zeppelin en el 2007. Ahora bien, la fiesta no es completa, porque es cierto, BS ha regresado, Ozzy Osbourne, Tony Iommi y Gezzer Butler se volvían a enfundar el traje negro creado por el sastre del mismo Satanás. Pero la ausencia de Bill Ward no era poca cosa, el eje rítmico no estaría presente en esta vuelta, y no vamos a entrar en detalles del porqué se dieron las cosas así, simplemente no está. Éste no era un detalle menor, pero por el momento la ausencia de Bill ha sido cubierta de manera digna y efectiva tanto por Brad Wilk, baterista de Rage Against The Machine, músico con el que grabaron el disco y, Tommy Clufetos batero de la gira actual
La producción del nuevo disco está a cargo de un gran conocedor de su oficio, Rick Rubin, uno de los más prolíficos en su ramo, y que ha logrado en esta oportunidad que “13” tenga ese sonido tan clásico y oscuro pero que a la vez posea frescura y actualidad.
End Of The Beginning es el apropiado nombre para el comienzo de la obra. Bruma, espesor que se despeja, track energizante que se nutre del heavy metal más clásico y en donde Iommi pareciera tener 20 dedos perfectamente coordinados.
La cripta se abre, el lobo aúlla y de pronto la banda arremete. Eso es God Is Dead?, un semi trote marcial sonoro que luego parece regresar a una supuesta calma que nos permite apreciar la voz de Ozzy que parece no haber envejecido.
Loner es una pista zigzagueante que relaja hasta cierto punto la contundencia inicial de la placa. Un single más básico pero, paradójicamente, uno de los momentos más logrados del disco.
Luego nos topamos con un tema que es un claro auto-homenaje, el sonido evocativo de Zeitgeist nos recuerda de manera más que evidente a la legendaria Planet Caravan, punteo melódico de Tony al viejo estilo acompañado de una percusión tribal, con un cierto aire a viaje cósmico pink floydiano. Un señor tema.
Age of Reason trae de vuelta la fuerza y la oscuridad al compás de una rítmica batería, la agudeza de la guitarra que a diferencia de los anteriores tracks se controla, no se eleva al máximo de su potencia.
Heavy metal total, Live Forever es una fuerza sonora que nos empuja contra el pavimento para, luego, soltar su artillería melódica. Otro momento altamente “retro”.
Damaged Soul trae consigo agudeza pero en un tono aletargado (adrede), mixtura de introspección y vehemencia, desesperación que desgarra, todo por obra de Tony y su maestría bluesera.
El fin llega, Dear Father es la total oscuridad que se apodera de nosotros, un Ozzy más grave vocalmente,  penumbroso, con una banda de fondo que parece musicalizar la desesperanza y la inquietud

Cabe acotar que el disco contiene bonus tracks (Methademic, Peace of Mind y Pariah) tanto en su edición “Deluxe” y “Best Buy” que  completan esta deliciosa y densa sensación que nos han dejado las ocho pistas originales. Hijos del heavy metal, siéntanse plenos, complacidos, sus Padres han vuelto para remecer el mundo y cambiarle la órbita. Un álbum que ha superado las expectativas y el escepticismo de los más cautos. Señoras y señores, Black Sabbath ha vuelto, como sólo ellos podían hacerlo. Se agradece, y se les espera en Lima. Nos vemos ahí. 




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