Jimi Hendrix debe ser el artista de rock que más
ha “producido” después de fallecido. Podríamos enumerar muchos trabajos que
fueron editados tras la pérdida del considerado para muchos el más grande
guitarrista de todos los tiempos. Han pasado casi 43 años desde que nos dejó
pero su obra continuó paradójicamente renovándose, gracias al material que dejó
sin editar y que ha sido publicado a lo largo de los años. Es así que este año
nos regala otra obra póstuma, se trata de People, Hell and Angels,
una placa que entrega 12 tracks inéditos, aunque algunos de ellos ya habían
sido incluidos en otras versiones dentro de otros trabajos póstumos así como
también fueron interpretadas por Hendrix en diversos recitales incluido
Woodstock, pero en esta ocasión se ofrecen ingredientes distintos, la
improvisación así como también la presencia de instrumentos no tan comunes en
la obra de Jimi, como el saxo, las congas, o el teclado.
Pero vayamos a lo que nos compete, el disco,
quizás es la más osada propuesta que nos ha regalado Hendrix, donde explora
sonidos, juega, se arriesga, y a pesar de ello queda muy
bien parado, demostrando que su figura icónica perdura.
Desde el inicio la obra nos atrapa con su track
inicial, Earth Blues, un
arranque muy rítmico, ligero y relajado, con una guitarra que se apodera de la
escena pero de manera mesurada, sin tanta fanfarria o espectacularidad.
Somewhere, constituye
un blues psicodélico que atrapa, seduce, enamora y nos envuelve.
Más agudeza y frenetismo encontramos en Hear My Train a
Comin, que posee un solo contundente, un Hendrix en su estado más puro.
Las revoluciones bajan ligeramente con ese blues
eléctrico llamado Bleeding Heart, un tema compuesto originalmente
por Elmore James, un sencillo que a su vez contiene como acompañante ideal de la
guitarra una perfecta percusión.
Let Me Move You es
una canción festiva, alegórica en donde el teclado, la batería y en especial un
sorpresivo saxo toman el control lo que acerca a Jimi al jazz.
Un genial punteo de guitarra se complementa de
manera perfecta con un protagónico y cadencioso bajo, todo esto a su vez se le
suma la voz de Jimi que reclama y exige nuestra atención, todo esto es Izabella.
En Easy Blues, como su propio
nombre lo indica, nos topamos
con un blues más elemental, un bajo hipnótico que luego cede su poder ante la
grandeza de una guitarra que nos lleva a las alturas más insospechadas.
Un Hendrix más básico o terrenal si se quiere es
el que se presenta en Crash Landing,
donde su inseparable instrumento recorre el track dejando de lado por momentos
el ya mencionado lado frenético pero sin dejar de tener ese poder tan propio de la
obra de Jimi.
Con Inside Out regresa
la complejidad tan necesaria a veces, con una guitarra que juguetea, sube y
baja en un tema totalmente instrumental.
Siempre habrá un pequeño lugar para la melancolía
y la vulnerabilidad, eso es Hey Gypsy Boy, una
canción que nos desarma y apacigua, nos hace sentir vivos.
Mojo Man es
sin lugar a dudas el track distinto, elementos como las trompetas y el teclado
acaparan la atención como protagonistas atípicos, esto se acentúa más al
escuchar no la voz de Jimi si no la de Albert Allen uno de los autores del tema
(junto a Arthur Allen), pero el sólo hecho de sentir la presencia de Hendrix y
sus cuerdas consiguen que la canción no parezca tan ajena.
Villanova Junction
Blues, es el punto final de la obra, un efímero blues, otra pieza
totalmente instrumental que nos deja con la sensación de querer más, mucho más.
Y así Jimi vuelve desde esa eternidad que le ha
permitido visitarnos en innumerables ocasiones, pero esta vez es distinto, como
ya se ha confirmado no existe más material de estudio o grabaciones por “redescubrir”, no hay más en el baúl de los tesoros, lo
cual es una pena, aunque quién sabe, siempre el buen Jimi se las ingenió para
volver desde donde está para sorprendernos con sus eternas e inacabables
composiciones. Y si lamentablemente ya no queda más que exponer, pues no nos
podemos quejar, más bien deberíamos agradecerle, ya nos obsequió con creces desde su psicodélica eternidad, como hoy en el que quizás fue su último retorno.
Somewhere
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