miércoles, 14 de julio de 2010

Ozzy Osbourne, Scream, 2010: Esto es Heavy Metal

¿Puede un artista a pesar de sus excesos, vida licenciosa y excentricidades, mantenerse en vigencia? La respuesta podría ser obvia, pero no cuando se trata de Ozzy Osbourne, un ícono y leyenda viviente con más vidas que un gato.
Es cierto que cuando uno lo escucha hablar (no cantar) es casi imposible comprender lo que nos pretende transmitir, pero basta que tome un micrófono para interpretar algún tema y se ponga frente a un escenario para que todo cambie. Esto se ha hecho notar en todos sus trabajos solistas, pero en este último, Scream (2010) ha llegado a un nivel altísimo que hace mucho tiempo que no alcanzaba. Es evidente que la ayuda de la tecnología nos permite escuchar una limpia voz de Ozzy, a su vez los experimentados músicos que lo acompañan en esta oportunidad (Gus G., Rob "Blasko"Nicholson, Adam Wakeman y Tommy Cufletos) ayudan al propósito de llevar al Príncipe de la Oscuridad a niveles inimaginables. Pero todo esto no sería suficiente si el que estuviera al frente no fuera el propio Ozzy, sólo él tiene esa magia, que a pesar de que parece desgastada por los años no muere y por el contrario tiene más fuerza que antes.
Un dato no menor es el hecho de que es el primer trabajo de Ozzy desde 1988 que no cuenta con la presencia del mítico guitarrista Zakk Wylde, lo que hace mucho más destacable el hecho de realizar un álbum sin una de sus piezas claves y aún así lograr un resultado óptimo.
El álbum recoge sonidos que el propio Ozzy nos presentó en trabajos clásicos, sin lugar a dudas se trata de un muy buen trabajo, el mejor en muchos años del legendario fundador del Heavy Metal.

El álbum comienza furiosamente con Let It Die, un track de larga duración que mantiene la fuerza durante más de 6 minutos. Un inicio perfecto.
Le sigue Let Me Hear You Scream, que en esencia es similar a la anterior sólo que más compacta pero igual de vertiginosa y sólida.
El tercer sencillo es Soul Sucker, un tema oscuro y que recuerda lo mejor de Ozzy en el pasado. Mucha densidad, un track pesado que después acelera, un claro ejemplo de lo que debe ser una canción de heavy metal.
Life Won't Wait, es un single más rítmico que los anteriores que nos muestra la versatilidad en la propuesta de Ozzy. A pesar de no ser tan "pesado" como el resto, este tema no deja de tener elementos propios del heavy.
El quinto track Diggin' Me Down se inicia lentamente con un atmósfera apacible gracias a la guitarra acústica y a los teclados pero que luego se transforma en la más clara muestra de rock pesado, una canción con cambios de ritmo bien concebidos.
Crucify mantiene la línea musical del álbum y aunque no resalta tanto como los otros tracks es un complemento perfecto para el resto del disco.
Un track más ligero (dentro de lo que le heavy metal permite) es Fearless. Un tema con un poco más de ritmo, típica canción que se escucha de un tirón.
El octavo track es Time, más "suave" y lírico que el resto de canciones. Nuevamente nos trae a la memoria los trabajos clásicos de Ozzy. Se respira un aire a "Good Bye Romance" o "Mama, I'm Coming Home".
I Want It More, es pura potencia pero sin llegar a la estridencia, un track menos pesado que nos muestra a un Ozzy en plenitud muy bien acompañado por sus músicos, es el sencillo donde mejor se aprecia el equilibrio entre la voz y los instrumentos.
El penúltimo single Latimer's Mercy trae de vuelta la densidad al álbum y, como ya es recurrente en este trabajo, tomando elementos básicos del Ozzy más clásico pero sin repetirlos.
El último track es una micro-balada, I Love You All, que simplemente está empalmado al track anterior, no se puede decir más de un tema que dura exactamente un minuto. Creo que el final pudo ser mucho mejor.

En suma Ozzy nos da una clase de como hacer heavy metal, y aunque no exento de imperfecciones, el resultado es positivo, para ello el británico revisa sus propias raíces tanto en solitario como con Black Sabbath. Esto es un claro ejemplo de lo que ya anteriormente he señalado en este espacio, necesitamos que los ídolos del ayer vengan a salvar nuestro triste presente carente de propuestas decentes.
A continuación algunos tracks de este material.

Let It Die



Life Won't Wait



Time



I Want It More


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