martes, 14 de abril de 2015

Scott Weiland and The Wildabouts, Blaster (2015): Sentimientos Encontrados.


Es innegable la importancia de Scott Weiland como uno de los grandes referentes, en cuanto a vocalistas, de los últimos 25 años. Su presencia con su otrora y ya legendaria banda, Stone Temple Pilots, fue una de las piedras angulares de aquel sonido alternativo que inundó el universo musical de los 90’s. Pero, también son conocidas las idas y venidas en la vida personal de Scott que perjudicaron bruscamente su carrera. En más de una ocasión se separó de la agrupación que lo llevó a la masificación de su imagen, pero a pesar de ello supo sacarle la vuelta a la situación y formar otros proyectos musicales, el más conocido y rentable: Velvet Revolver.


Blaster es el cuarto álbum en solitario del artista, que lleva la firma de él y The Wildabouts, su banda de apoyo para esta ocasión. Nuevamente separado de Stone Temple Pilots, Weiland prosigue en aquella búsqueda de la identidad, que más bien se convierte en un tributo a los sonidos que lo han influenciado, con los que se siente a gusto. 

El álbum, que consta de 12 canciones, comienza su andar con Modzilla, un track rudo, de buen rock and roll, muy Velvet Revolver, que sirve para seducir al oyente y engancharlo a través de este inicio prometedor. Way She Moves reduce las revoluciones, una canción relajada y sensual, melódicamente perfecta. Ritmo y diversión, así se puede resumir lo que ofrece Hotel Rio, con una contundente y acertada percusión que traza la ruta del tema. Amethyst está llena de energía, es rápida y ligera, en donde la voz de Weiland se disipa intencionalmente.

White Lightning es un blues eléctrico que golpea y desafía a Scott a un mayor esfuerzo interpretativo. Blue Eyes combina cierto aire dulce y evocativo inicial con chispazos de rock potente. Un poco de distorsión trae consigo Bleed Out, agradable “suciedad” melódica, un intento de garaje rock. Youth Quake es otra muestra de rock ligero, con dosis de indie, pero no carente de potencia.

Beach Pop es, como su nombre lo indica, un homenaje sonoro a aquellas viejas canciones de "surf music", aquel pop rock de los 60’s que trae a la mente imágenes de adolescentes, trajes de baño, tablas de surf e inmensas pelotas de playa multicolores. Parachute continúa con ese segmento de tributos, ya que posee toda la esencia del rock clásico, desde Led Zeppelin hasta David Bowie, un reconocimiento a los rudos y oscuros, a los psicodélicos y glams, a los referentes del rock “de verdad”. Cerrando este bloque dedicado a sus influencias, 20th Century Boy es un acertado cover de la clásica de T-Rex, en el que Weiland demuestra su capacidad para adaptar algo ajeno y hacerlo suyo.

El epílogo llega con Circles, una hermosa balada acústica de aire nostálgico, terreno que Scott conoce muy bien y en el que siempre supo desenvolverse a la perfección.
En suma, Scott Weiland regresa en forma, con un disco que no ofrece algo novedoso, pero que resulta un acertado reconocimiento y exaltación a sus influencias. Pero, al parecer, Weiland no puede escapar a las nubes negras, ya que lamentablemente, un día antes del lanzamiento del disco, el guitarrista de The Wildabouts, Jeremy Brown, falleció a los 34 años. Brown fue muy importante en la elaboración de este trabajo, su guitarra es primordial en la propuesta ofrecida a lo largo del disco, donde sobresale con sus magníficos riffs.

Por un lado Scott puede sentirse satisfecho de haber publicado un trabajo más que aceptable, pero por otro, el golpe de la pérdida no le permite disfrutar de este triunfo. Sentimientos encontrados.












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