No pude dormir bien, prácticamente no dormí nada, la madrugada del lunes 25 de julio estuvo cargada de ansiedad, nervios, pero también de una cuota de felicidad proyectada hacia un futuro no muy lejano. Soñé con este día toda mi vida, hace casi 20 años que vengo esperando este momento que años atrás me hubiera parecido totalmente utópico (cuando nadie se dignaba venir a tocar a Lima). Pero el panorama fue cambiando cuando empezaron a llegar a Lima muchos de los mejores y, sobre todo, vigentes artistas del mundo de la música. Eso abrió la esperanza.
Soñé con este momento, pero cuando se materializó fue mucho mejor que ese sueño que alguna vez tuve sobre esto. Y aquí es donde quiero resaltar la importancia de la presencia de dos personas muy especiales para mí, "A" y "F". La primera, "A", apareció en mi vida ya hace más de un año y gracias a nuestra coincidencias en gustos musicales, en ideales e incluso en pensamiento político nos sentimos muy cómodos y unidos desde un principio, lo único en lo que nunca coincidiremos es en nuestras querencias futbolísticas, cosa que pasa a un segundo plano porque el cariño es demasiado grande para que un "juego" nos separe. "A" es una maravillosa chica, mi "pequeña", que demostró que para amar a PJ no necesitaba precisamente haber disfrutado de la banda cuando era joven (como es mi caso), ella nació con la banda, en el 90, era muy pequeña cuando el bien o mal llamado "grunge" se apoderó de la escena musical, pero aún así ama a la banda como si perteneciera a mi generación, y eso a mí me emociona demasiado. Con ella siempre nos proyectábamos en como sería la noche mágica en que por fin veríamos a nuestra banda amada. El tiempo pasó y aún no había novedades pero sí muchos rumores de la venida de La Perla, es así como este año aparece la otra protagonista de esta historia, "F", otra preciosa persona (de la que ya he hablado antes en este espacio) y que ha significado muchas cosas en mi vida. Al principio la historia fue parecida, también tuvimos coincidencias en muchos temas, no sólo musicales sino en especial en cuestiones personales, y aparecimos en el momento justo uno en la vida del otro. Ella se sorprendía de saber que había alguien más como ella tan fanático (al grado de la enfermedad) de PJ. Poco tiempo después logré unir a "A" y "F" y el triángulo se completó. Hace tiempo, muchísimo tiempo, que no me siento tan a gusto en ningún grupo social como cuando estoy con este par de lindas chicas que no sólo son bellas exteriormente sino que tienen un corazón de oro, son jammers de pura cepa. Por eso, entre otras cosas, le debo tanto a Pearl Jam, porque no sólo me acompañó en los más diversos momentos de mi vida sino también me permitió conocer personas extraordinarias que estarán para siempre conmigo.
Y llegó el día, el 25 de julio, sí justamente un 25 ("F" sabe a lo que me refiero), el día en que por fin cumpliríamos el sueño de toda una vida. Me levanté a las 7 de la mañana, en realidad como dije casi no dormí así que no necesité que la alarma del celular sonara. Tomé un café, un duchazo posterior, y salí caminando en busca de la felicidad. Una pequeña garúa caía y tocaba mi rostro, el frío se hacía sentir, era el justo y pequeño precio para cumplir el sueño. La caminata fue corta, ya que el punto de venta está a pocos metros de mi casa. Llegué primero, esperé a mis dos compañeras de aventura sentado en las escaleras de aquel supermercado en cuyo interior estaba la respuesta a todas nuestras plegarias. Ellas llegaron poco después, luego ya con los tres sentados nuestra charla se desarrollaba para literalmente quemar tiempo hasta que por fin esas puertas de metal se abrieron y fue como ver la luz. Increíblemente no eramos los primeros, una pequeña fila de 3 personas estaba antes que nosotros, no importaba, estábamos demasiado cerca como para emitir queja alguna, hasta que por fin el momento llegó, entradas compradas, felicidad inexplicable, creo que nadie que no sienta la pasión por la música podrá entender lo importante que puede ser ese cartoncito rectángular de color rosado, pero que al tener impreso PEARL JAM PJ 20 era el boleto al paraíso, la llave mágica de la felicidad plena.
Corazones acelerados, adrenalina a full, así estábamos aún sin creer lo que teníamos en las manos, decidimos comprar una lata de cerveza cada uno en el supermercado (sí! un café a las 7 y una "chelita" a las 10), y así celebrar el momento inolvidable. Ese brindis significaba mucho, un brindis sencillo, tan sencillo como la banda que amamos más que a nada. Luego tomamos algunas fotos a las entradas y a nosotros mismos, caminamos, hablamos, sin creerlo aún, hasta que al final los tres tomamos nuestros respectivos rumbos con la promesa de vernos pronto para seguir intentando procesar todo lo que estamos viviendo y que llegará a su climax en noviembre en donde también se nos unirá una querida amiga jammer uruguaya que nos acompañará en la noche más importante de nuestras vidas.
Le debo tanto a esta banda, me ha permitido conocer personas tan valiosas con las que compartiré la noche más especial que un jammer pueda tener. Hace 2 años cuando pensaba cómo sería el concierto de Pearl Jam en Lima suponía que estaría en la zona más cercana al escenario pero solo. Hoy todo cambió, la banda me puso en el camino a estas dos personitas especiales por las que ahora el concierto tiene un significado aún mayor al que ya tenía para mí, gracias por eso a Pearl Jam, pero en especial, gracias "A", y "F". Somos los jammers de la vida, por siempre y para siempre.
Y llegó el día, el 25 de julio, sí justamente un 25 ("F" sabe a lo que me refiero), el día en que por fin cumpliríamos el sueño de toda una vida. Me levanté a las 7 de la mañana, en realidad como dije casi no dormí así que no necesité que la alarma del celular sonara. Tomé un café, un duchazo posterior, y salí caminando en busca de la felicidad. Una pequeña garúa caía y tocaba mi rostro, el frío se hacía sentir, era el justo y pequeño precio para cumplir el sueño. La caminata fue corta, ya que el punto de venta está a pocos metros de mi casa. Llegué primero, esperé a mis dos compañeras de aventura sentado en las escaleras de aquel supermercado en cuyo interior estaba la respuesta a todas nuestras plegarias. Ellas llegaron poco después, luego ya con los tres sentados nuestra charla se desarrollaba para literalmente quemar tiempo hasta que por fin esas puertas de metal se abrieron y fue como ver la luz. Increíblemente no eramos los primeros, una pequeña fila de 3 personas estaba antes que nosotros, no importaba, estábamos demasiado cerca como para emitir queja alguna, hasta que por fin el momento llegó, entradas compradas, felicidad inexplicable, creo que nadie que no sienta la pasión por la música podrá entender lo importante que puede ser ese cartoncito rectángular de color rosado, pero que al tener impreso PEARL JAM PJ 20 era el boleto al paraíso, la llave mágica de la felicidad plena.
Corazones acelerados, adrenalina a full, así estábamos aún sin creer lo que teníamos en las manos, decidimos comprar una lata de cerveza cada uno en el supermercado (sí! un café a las 7 y una "chelita" a las 10), y así celebrar el momento inolvidable. Ese brindis significaba mucho, un brindis sencillo, tan sencillo como la banda que amamos más que a nada. Luego tomamos algunas fotos a las entradas y a nosotros mismos, caminamos, hablamos, sin creerlo aún, hasta que al final los tres tomamos nuestros respectivos rumbos con la promesa de vernos pronto para seguir intentando procesar todo lo que estamos viviendo y que llegará a su climax en noviembre en donde también se nos unirá una querida amiga jammer uruguaya que nos acompañará en la noche más importante de nuestras vidas.
Le debo tanto a esta banda, me ha permitido conocer personas tan valiosas con las que compartiré la noche más especial que un jammer pueda tener. Hace 2 años cuando pensaba cómo sería el concierto de Pearl Jam en Lima suponía que estaría en la zona más cercana al escenario pero solo. Hoy todo cambió, la banda me puso en el camino a estas dos personitas especiales por las que ahora el concierto tiene un significado aún mayor al que ya tenía para mí, gracias por eso a Pearl Jam, pero en especial, gracias "A", y "F". Somos los jammers de la vida, por siempre y para siempre.