Ciertas ausencias suelen ser tristes pero necesarias. El alejarse para acomodar
la propia vida se torna en la mejor de las decisiones. Algo así pasó, me imagino, por
la cabeza de Lily Allen tras decidir su "desaparición" de la vida pública. Tuvieron que
transcurrir cinco años para que la artista británica publicara un nuevo trabajo
discográfico, Sheezus.
En ese lustro de silencio mucha agua corrió, Lily pudo consolidar una familia, ser
madre, lograr el equilibrio como mujer, algo que quizás hubiese sido difícil de
alcanzar si seguía bajo la luz mediática y tentada a los excesos.
Esa voluntaria ausencia, aquel autoexilio ha traído como resultado un gran
disco, con esa desfachatez, agudeza, sarcasmo, ironía, sensualidad e
inteligencia tan conocida en ella, pero ahora agregándole un ingrediente
esencial: Madurez.
Ya no escuchamos a una adolescente díscola (aunque siempre con fundamentos)
sino a una mujer, alguien que vivió y aprendió. Esto se percibe incluso en su
voz, más adulta, ideal para dejarnos el mensaje.
En cuanto a lo musical, Allen sigue siendo la única integrante del
reino del pop cuya actitud es más cercana al rock, la anti-diva que critica a
sus colegas como se aprecia en el single que inicia y le da el nombre a este disco Sheezus,
un hip hop más que eficiente.
Pero este álbum se desenvuelve también en otros ámbitos sonoros, así el electro
pop bien ejecutado nos invita al baile en L8 CMMR (Late Comer), una canción que aborda temas sexuales de manera divertida. Bajo esa misma estructura tenemos a Hard Out
Here, un tema que se convierte en el arma ideal para que Lily se burle
literal y gráficamente (vean el video) de ciertas actitudes del pop más
vendible.
Por esos mismos senderos camina Air Balloon, una canción más
juguetona, una Lily más “niña”, como en sus inicios, nos enamora.
Our Time es el mejor sencillo de este
trabajo, una canción que rinde tributo a la diversión, la juerga y el descontrol (al fin y al cabo Lily siempre será Lily por más que madure) todo ello envuelto en una melodía contagiante que hace imposible evitar que siga sonando en nuestra cabeza por más que la canción ya haya acabado, eso sucede cuando estamos frente a un hit
total, así de simple.
Otros estilos que Lily toma y los hace suyos
son el pop y el funk que coquetean en cierto grado en Insincerely Yours, algo similar
sucede en Close Your Eyes. El
country (ya experimentado en su anterior disco) también tiene su espacio con As
Long as I Got You. El sonido del disco incluso se “tropicaliza” y se vuelve
carnavalesco en “Life For Me”.
El disco cierra con una hermosa versión de un clásico de Keane, Somewhere Only We Know, dándole
un toque más tierno y sentimental.
El resto de temas que completan el álbum, así como los bonus tracks de las ediciones
especiales, redondean muy bien el espíritu alegórico, juguetón y crítico del
disco.
En suma, la hermosa Lily Allen regresa con uno de los mejores discos de este año, con un sonido altamente estimulante y atrapante, Sheezus
es la muestra clara de cómo ser la anti-diva pop dentro del propio pop, "boicotea" su propio género musical, y gracias a ello sigue siendo -y haciendo- aquel puro, honesto y adictivo Pop Rebelde.